EN REPUBLICA DOMINICANA EL CARIBE Y EL MUNDO BALANCE Y PERSPECTIVAS PRIMERA FERIA ECOTURISTICA Y DE PRODUCCION. JARABACOA, PROVINCIA LA VEGA (21-29 DE JUNIO, 1997) |
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Dr. José Serulle Ramia
Presidente-fundador de la Fundación Ciencia y Arte, Inc.
y Presidente de la Comisión de Organización de la feriaLuego de realizar, de manera objetiva, un balance de la Primera Feria Ecoturística y de Producción, celebrada durante nueve largos y fructíferos días y noches, del 21 al 29 de junio de 1997, en la localidad de Jarabacoa, provincia La Vega, nos permitimos extraer, de manera resumida, algunas de las principales reflexiones y enseñanzas de este hermoso y trascendente evento, tal como las hicimos llegar en julio de 1997 a las distintas instituciones coordinadoras de la feria y, a través de los medios de comunicación y las embajadas, al país y al mundo.
1. El pueblo dominicano demostró, con los niveles de participación alcanzados por la feria (cerca de 200 mil visitantes de las distintas provincias del país), que está profundamente interesado en que el ecoturismo, como actividad que relaciona la comunidad a la naturaleza, y vincula estrechamente la economía a la ecología, es decir, la acción productiva de la sociedad con la protección y conservación de las más disímiles formas de vida natural y de espacios físicos que dan belleza en paisajes y biodiversidad al nicho en que nos desenvolvemos los habitantes de esta tierra, en tanto que organismos enlazados a toda la biosfera, prenda en la conciencia de los ciudadanos, como forma también de mantener hermosa nuestra pequeña casa, la República Dominicana.Asimismo, que el ecoturismo se constituya en una actividad que coadyuve a crear nuevas y productivas fuentes de empleos, a erradicar la pobreza de gran parte de nuestra población y a la relacionar cada vez más las distintas formas de turismo con las expresiones culturales y la riqueza que brinda la naturaleza dominicana, todo lo que, además, fortalece la identidad del pueblo dominicano.
2. La feria combinó lo propio al ecoturismo con lo comercial, lo cul-tural y lo científico, por cuanto entrelazó exposiciones de las distintas instituciones, públicas y privadas, que están relacionadas a la conservación y promoción de la educación ambientales, con las empresas productivas y de servicios, al tiempo que hizo sentir en los participantes (niños, jóvenes y mayores) las diversas manifestaciones artísticas, mágico-religiosas y deportivas de nuestras comunidades, y recogió (un público interesado de más de tres mil personas), a través de unas 46 ponencias científicas, expuestas por especialistas dominicanos y extranjeros, el conocimiento alcanzado en todo lo concerniente al ecoturismo, conservación, fauna y flora, biodiversidad, desarrollo forestal, parques nacionales, manejo de los recursos naturales y código ambiental, experiencias de manejo de áreas protegidas en otros países (EE.UU., Canadá, Australia)... Durante los nueve días y noches, se efectuaron torneos deportivos, presentaciones culturales de provincias y localidades de distintos puntos del país, tertulias sobre manejo de bosques y biodiversidad, un promedio de cinco conferencias por día y la presentación permanente, en stands diseñados en armonía con la naturaleza, en medio de un hermoso bosque de pinos, de todo lo que la empresa y nuestras instituciones ofrecen y están en capacidad de hacer, afectando lo menos posible la vida natural y ensanchando los caminos del progreso y de la equidad.
3. La feria mostró la trascendencia que tiene para nuestro país y para el desarrollo integral de nuestra nación el hecho de unir las capacidades y las voluntades, así como los recursos y la creatividad -individual y colectiva- de todas las instituciones, públicas y privadas, nativas y extranjeras, en el logro de una meta común.
Y que los Dominicanos somos capaces, cuando nos lo proponemos, con el concurso desinteresado de entidades internacionales de cooperación, de obtener éxitos que elevan nuestra autoestima y nuestra confianza en el presente y el porvenir.
En efecto, la Fundación Ciencia y Arte, Inc., en el año que invirtió en la programación, organización y montaje de la feria, lo primero que logró fue ganarse la confianza del gobierno local del lugar anfitrión de la actividad, Jarabacoa, haciendo que su Sindicatura y Ayuntamiento, ellos mismos autores y conscientes del alcance de la feria, tanto para su comunidad como para el país, volcaran gran parte de sus energías en el logro de cada uno de los objetivos diseñados, e impulsando, de manera sabia, el matrimonio de todo el pueblo de Jarabacoa a la materialización de la actividad. Luego, en una acción conjunta con la Sindicatura de Jarabacoa, visitamos los distintos estamentos de la sociedad dominicana, al Presidente de la República, a las municipalidades, las secretarías y departamentos de dirección del Gobierno, empresarios, dirigentes comunitarios y asociaciones de desarrollo, instituciones culturales, comunidades de mujeres, de jóvenes y de iglesias, el Congreso Nacional, entidades internacionales de cooperación.
De esta forma, fuimos ganando el coauspicio, el copatrocinio, la cooperación y coordinación de más de cien instituciones y de miles y miles de dominicanos, y decenas de extranjeros, para un proyecto que ya no pertenecía a ninguna institución en particular, sino a la nación dominicana y a la humanidad toda entera. Quince lanzamientos de la feria fueron llevados a cabo, en distintas provincias y regiones del país, desde mediados de abril de 1997 hasta unos días antes de la inauguración del evento.
4. La feria fue un ejemplo de disciplina, de orden y de armonía. En sus nueve días y noches, no se registró ni un solo accidente, pero tampoco incidentes que hicieran deslucir lo que era una gran fiesta por la vida, un canto a la naturaleza y una búsqueda de nuevas formas de convivencia entre la acción productiva de la sociedad y la riqueza de nuestra naturaleza, por los encantos que engalana su biodiversidad.
5. Con la feria, las distintas instancias de la vida organizada, municipalidad, Secretarías de Estado -en particular de Obras Públicas y Comunicaciones, de las Fuerzas Armadas, de Educación y Cultura-, el Centro Salesiano y la ciudadanía, se dieron cita para reparar las vías de comunicación, las calles, caminos vecinales y carreteras que conducen a Jarabacoa, embellecer la ciudad -señalizándola y limpiándola-, pintar las casas de familia, sembrar árboles y flores, levantar plazoletas y movilizar a la infancia, a la juventud y a la población en general, para que asumieran la feria como una actividad de todos, por la vida.
6. La feria constituyó un espacio que reactivó la vida económica de la localidad de Jarabacoa, a la vez que movilizó al país hacia Jarabacoa, y, conscientemente, unificó a toda la nación en el propósito de elevar la conciencia sobre las variadas formas que tenemos por delante para alcanzar una vida mejor.
La prensa, en sentido general, fortaleció el contenido y alcance de la feria. La proyectó a todo el país y al mundo. Se ampliaron en esos días las páginas y los espacios de los periódicos, de la televisión y de la radio, que versan sobre el ecoturismo, el turismo y la defensa de la naturaleza, y también surgieron nuevos suplementos, consagrados al turismo y al ecoturismo.
La presencia en el Acto Inaugural del Honorable Señor Vicepresi-dente de la República, en representación del Excelentísimo Presidente, así como la presencia de congresistas, Secretarios de Estado, Gobernadores, Síndicos, de la Liga Municipal Dominicana, de Directores de Departamentos gubernamentales, del Sistema de instituciones de las Naciones Unidas, embajadores de gobiernos amigos, presidentes de empresas y de entidades de desarrollo, dirigentes de partidos políticos y de organizaciones populares, representaciones de universidades, organizaciones de mujeres, de jóvenes y de iglesias, sellaron el carácter unitario, nacional e internacional de la feria.
En el transcurso de la actividad, vimos desfilar decenas y decenas de funcionarios, públicos y privados, de las más diversas entidades, y sobre todo amplias delegaciones que venían de los más apartados rincones de nuestra patria, destacándose la presencia de niños y niñas que recogían el calor humano y la frondosidad de la feria, para, sin duda alguna, en un sin fin de nuevos amaneceres, soñar, estudiar y trabajar por un mundo donde se respeten y se amen la diversidad de culturas y la biodiversidad del planeta, el derecho a la vida y el bienestar de todos.
La Segunda Feria Ecoturística y de Producción está siendo organizada desde ya por la Fundación Ciencia y Arte, Inc., y será celebrada del 20 al 28 de junio de 1998, en la municipalidad de Santiago, de manera más específica al pie de la montaña que conduce al pico Diego de Ocampo, en la parte antigua de Jacagua, cerca de la hermosa localidad de Los Cocos, en un bello bosque de palmeras y canas, en un paisaje tropical de verdaderos ensueños, como resplandecientes son los atardeceres de nuestro amado Cibao, y primorosa y hospitalaria la población que habita esa rica región.Estamos seguros que todas las instituciones y la población de Santiago y del país, así como los organismos internacionales de cooperación y gobiernos amigos extranjeros, nos acompañarán en este nuevo esfuerzo, y que, por tanto, estarán activa y decididamente envueltos en este empeño de hacer que nuestra patria sea cada día más grande, nuestro pueblo más unido y más próspero, nuestra naturaleza más diversa en ecosistemas y especies, y nuestra vida social más equitativa, solidaria, moderna y universal.
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noviembre 10 1999